SEÑALES
¿Y si fuéramos nosotros mismos
quienes nos dejáramos “señales” para
elegir el camino correcto en nuestras vidas?
¿Y si fuéramos nosotros quienes
nos enviáramos “pistas” para vivir bien?
Solo tendríamos que estar
atentos a estas señales o pistas y seguirlas.
Somos seres multidimensionales.
Con ello quiero indicar que vivimos en varios planos o dimensiones a la vez, aunque
a diferentes tiempos. Nuestros diferentes yoes están unidos unos a otros y evolucionan
todos juntos.
Nuestro Yo Superior, Yo
cuántico o “Doble” –como lo llama el físico francés Jean-Pierre Garnier Malet- investiga
los diferentes futuribles (futuros potenciales que hemos creado nosotros mismos
durante el día, con nuestros pensamientos), borra los no deseados y regresa al
presente para vivirlos. Nos indica el camino a seguir mediante señales que se
manifiestan como intuiciones, premoniciones o sueños, solo tenemos que estar
atentos a ellas para elegir el camino correcto, el mejor camino para vivir bien.
En la película “PaychecK” con
Ben Affleck y Uma Thurman entre otros actores, se nos muestra a un “viajero del
tiempo” (Ben Affleck) quién después de averiguar lo que va a suceder en el
futuro, regresa al presente, da la información que sus jefes necesitan conocer
y a continuación le borran la memoria para que no recuerde nada de lo que ha
visto. En uno de estos viajes al futuro observa su propia muerte por una trama
manipuladora. Como sabe que al volver al presente le van a borrar la memoria,
no le queda más remedio que dejarse “pistas” para que él mismo, desde el
presente descubra lo que le tienen preparado y pueda salvarse, escogiendo el
camino correcto.
A veces nos damos de bruces
ante los mismos hechos. Caemos una y otra vez en el mismo error. Esto hace que
nos planteemos si vamos por el camino correcto o si lo que hacemos es lo
adecuado. Cuando hacemos lo correcto hay algo en nuestro interior que nos hace
sentir bien. Cuando estamos alineados con nuestro “Doble”, aprendemos a seguir
las señales y vemos las cosas desde otra óptica. Nos dejamos llevar por la
vida, porque la vida está dirigida por él, ya que es él el que tiene que vivir
la vida en presente.
Cuando las cosas se nos
facilitan en la vida, avanzamos, cuando se nos presentan obstáculos, nos retiramos
y así aprendemos a caminar por la vida paso a paso, observando las señales y
estando en continua comunicación con nosotros mismos. De esta forma podemos
avanzar con seguridad en nuestras vidas.
En los momentos actuales solo
debemos estar atentos a las indicaciones de nuestro Yo más profundo, de nuestro
Yo cuántico (yo superior o doble) ya que
él nos guía por el camino adecuado. Nadie más nos puede indicar. Es
nuestra alineación personal con nosotros mismos la que nos muestra el camino
correcto.
¿Cómo nos podemos poner
conscientemente en contacto con nuestro Yo cuántico?
En el momento de ir a dormir,
en el “adormecimiento”, hacemos un repaso del día, de todo lo que nos ha
ocurrido y todo lo que tenemos que resolver. Cuando entramos en el sueño REM
–sueño profundo que dura unos 120 min-, nos desdoblamos, nos proyectamos en el
porvenir, vamos a ver el futuro para
arreglarlo, (nuestro Yo cuántico o “Doble” recoge toda esta información que le
hemos dejado al hacer el repaso del día), soluciona o arregla los peligrosos
futuros potenciales que hemos creado con nuestros pensamientos erróneos,
borrándolos y regresa para vivir el presente. Este borrado se hace mediante las
intuiciones a las que debemos estar atentos.
¿Cómo creamos nuestro futuro?
Con nuestros pensamientos. Con
cada pensamiento que tenemos abrimos un “futurible”, un posible futuro
potencial. De manera que si emitimos pensamientos negativos, creamos futuros
potenciales negativos, pero si nuestros pensamientos son positivos, nuestro
futuro así será. Cuando no podemos controlar nuestros pensamientos, nuestro
futuro está totalmente descontrolado, nos encontramos a merced de cualquier
calamidad. El centramiento o alineación personal es muy importante, tanto para
nosotros como para el planeta.
¿Por qué nuestro Yo cuántico
puede resolver tan rápidamente?
Porque vive en un tiempo
ralentizado, eso quiere decir que un minuto de nuestro tiempo, para él son días
o semanas, de este modo tiene mucho más tiempo para resolver cualquier tema que
le planteemos.
El estar en contacto con
nuestro Yo cuántico, es un principio vital. Esto quiere decir que todos, lo
realizamos, lo necesitamos para vivir.
Así como la luz tiene momentos
de imperceptibilidad, nosotros también tenemos estos momentos de
discontinuidad. ¿Qué ocurre en estos momentos? En estos momentos nos ponemos en
contacto con nuestro Doble, pero no somos conscientes de ello.
Vivimos a tres velocidades:
- Un velocidad superlenta –lo que
consideramos el pasado- porque va tan lento que ya ha pasado para
nosotros.
- Otra velocidad, la del ahora –de la que
somos plenamente conscientes- y en la que tenemos que centrarnos.
- Y una tercera velocidad –la del futuro-,
que transcurre tan rápidamente que no la podemos percibir.
Nuestro Yo del pasado no nos
puede percibir a nosotros, porque nosotros vamos super ràpidos para él.
Nosotros no podemos percibir a nuestro Yo del futuro porque él va super rápido
para nosotros y nosotros vamos super lentos para él, por lo que tampoco él nos
puede percibir.
Tenemos tres coches: el primero
circula a 30 km/hora (pasado), otro viaja a 300 km/hora (presente), por lo que
no puede ver al primero porque va muy
lento. Y un tercer coche que viaja a la velocidad de la luz, imposible que vea
a los otros dos y que los otros dos lo vean a él.
Estos tres coches que circulan
a tres velocidades diferentes, nos representan a nosotros viviendo a tres tiempos
diferentes (pasado, presente y futuro).
Para establecer contacto uno con otro, nos enviamos “señales” que se
manifiestan como intuiciones, sueños o premoniciones.
Cuando logramos realizar el
contacto conscientemente con nuestro Doble o Yo cuántico, la vía de unión y
comunicación con él es mucho más efectiva.
Si no somos capaces de captar
estas señales, “mal vivimos”, porque estamos desconectados.
El saber que estamos conectados
conscientemente a nuestro Doble, nos da la tranquilidad de que nuestra vida
está dirigida por él y de que él se encarga de todo. Nosotros solo tenemos que
depositarle nuestra confianza y él nos guiará
conscientemente, así aprenderemos a “ver, leer o sentir” las señales. Para ello
es importante “apartar” la mente, ir más allá de ésta, trascendernos a nosotros
mismos y estar atentos.
Los tiempos están revueltos,
todo se está moviendo. Ahora es el momento de conectarnos con nosotros mismos,
en todos los diferentes espacios-tiempos si queremos estar alineados para
lograr realizar el “salto cuántico”, el gran salto dimensional que ahora
tenemos la oportunidad de realizar, gracias
a las “aperturas temporales” que se están produciendo en estos momentos.
Aperturas entre los tres tiempos de nuestro desdoblamiento: pasado, presente y
futuro.
Ahora nos encontramos en el
final de los tiempos, el final de un período de unos 25.000 años en los que
hemos estado en oscuridad (guerras, catástrofes…). Desde diciembre del 2012,
momento en el cual se produce la alineación de nuestro sistema solar con el sol
central de la galaxia, empezamos a “ver la luz”. Ahora todo sale a la luz. Ahora recibimos la luz directa de este Sol
central de la galaxia, por eso es el momento de elevar nuestra conciencia y ver
las cosas desde otro plano, desde un plano amplificado de conciencia y proceder
a nuestra alineación personal. Si no realizamos esta alineación, volveremos a
entrar en otro ciclo de otros 25.000 años en los que las aperturas se volverán
a cerrar. Por eso ahora, es tan importante realizar esta conexión.
Susana Cano
publicado en la plataforma “Abraxas
Network”
APRENDIENDO a SER
Si nos definiéramos como seres
cuánticos eso significaría que estaríamos creándonos continuamente, ya que el
mundo cuántico es el mundo de las infinitas posibilidades. Esto quiere decir que nos encontramos
continuamente ante una serie de posibilidades o de futuribles y que solo se nos
hace realidad aquélla posibilidad o aquel futuro al que prestamos atención o
que observamos. Además está demostrado científicamente que lo observado cambia
con el observador. Por lo tanto ¿no es básico tener cuidado dónde y cómo
ponemos nuestra atención?
Viendo la vida desde una visión
cuántica, ésta deviene en un sinfín de posibilidades. Nosotros somos libres de
elegir aquélla que deseemos en nuestras vidas. Es decir nosotros elegimos la realidad
que queremos vivir. Pero ¿la elegimos de una manera consciente? ¿Cómo es
nuestra realidad?
Realidad viene de relise
(mente) y res (sustancia). ¿Qué es la realidad? Lo que nuestra mente hace con
la sustancia (José Luis Parise), hacer real lo que pensamos.
Nuestra realidad es
consecuencia de nuestros pensamientos. Creemos que sabemos pensar, pero según
sea aquélla, podemos comprobar si nuestros pensamientos son adecuados o son
tóxicos, en éste último caso estamos ensuciando nuestro cuerpo, nuestra
realidad y en definitiva el planeta. El Doctor Len (Ho’oponopono) dice “nosotros
nos estamos matando a nosotros mismos o alimentándonos adecuadamente según el
tipo de pensamientos que tenemos”.
También cobra importancia las
palabras porque “no es lo que entra en la boca, sino lo que sale de ella,
porque lo que sale de la boca del corazón procede” dice la Biblia. Creemos que
sabemos hablar pero ¿Son nuestras palabras armónicas o generan “guerras”?
¿Escuchamos nuestra voz
interior? ¿Cómo son nuestros sentimientos?
Hemos de aprender a:
- Ver
- Pensar
- Escuchar
- Sentir y
- Hablar
aquéllo que
queremos crear.
Creemos que
sabemos hacerlo. Cuando vamos al colegio nos enseñan a “prestar atención”, a
“pensar” (pensamiento lineal), “escuchar” lo que nos dicen… y van limitando
nuestra visión, nuestro pensamiento, nos perdemos en el mundo exterior que nos muestran.
Nos hemos olvidado de que nuestro verdadero potencial está en nuestro interior.
Somos poderosos
seres creando continuamente nuestra realidad. Podríamos decir que nuestra realidad
se conforma diariamente según nuestros pensamientos, nuestra visión, nuestra
escucha, nuestros sentimientos y nuestras palabras. Creemos que sabemos pensar,
ver, escuchar, hablar y sentir y caminamos por el mundo, solo pensando, viendo,
escuchando, hablando y sintiendo aquello que nos llega desde afuera, desde el
orden impuesto exteriormente.
Ahora es el
momento de empezar a ver, a pensar, a escuchar, a sentir y a hablar solo
aquello que queremos; aquello que deseamos para nuestras vidas.
“Somos renovados
por la renovación de nuestras mentes”. Ahora es el momento de la renovación, de
crear nuestras vidas, de empezar a “ver”, “escuchar”, “pensar”, “sentir” y
“hablar” solo aquello que deseamos para nuestra realidad. Entonces nos subimos
a una nueva línea de vida en la que empezamos a observar las cosas desde:
La visión: ver
“la belleza en todo”
La escucha: escuchar
“nuestra voz interior”
Pensar :“en hacer
a los demás lo que queramos que los demás piensen en hacernos a nosotros”
Sentir: “la vida
en nuestras vidas” y acoger aquéllos sentimientos que son curativos y
Hablar con las
palabras apropiadas, armónicas “con las palabras del corazón”.
¿Por qué está
cayendo todo?
Porque todo
necesita una re-novación, una creación diferente, basada en principios diferentes.
Principios que tratan la profundidad del Ser. En una comunicación clara y
transparente, basada en estructuras horizontales (sin líderes ni estructuras
verticales). Ahora es la cohesión del grupo, en pensamiento, palabra y obra,
volviendo a hacer “honor a la palabra”.
Esta nueva
creación está basada en el SER, no en el TENER. ¿Qué es más importante: lo que
tengo o lo que soy? Si nos permitimos sentir por un momento estas palabras SER
o TENER podemos observar como el Tener es una palabra vacía. Sin embargo la
palabra SER está llena de vida. Al decir SOY todo mi ser se llena de una
“alegría interior”, todo mi ser se llena de colores en un estallido de nueva
vitalidad con tonalidades de brillo y claridad.
Cuando nos
reconocemos como “Seres”, vamos a la profundidad. En la profundidad podemos
cambiar nuestra manera de ver, pensar, escuchar, sentir y hablar. Es como dar
una capa de pintura y renovarnos interiormente. Con esta renovación enviamos
frescura y salud a todas nuestras células, ellas aumentan su vibración y
eliminamos todas aquellas cosas que ya
no están en esta nueva frecuencia. Para
ello es necesario mantener una mente abierta y desestructurada, guardando
nuestro silencio interior, así damos paso a nuestra presencia interior.
Así aprendemos a
Ser, renovándonos continuamente con la renovación de nuestras mentes.
Susana Cano
(Presencia
Interior, Ed. La Plana)
publicado en la plataforma “Abraxas Network”
VIAJES
SAGRADOS
Un viaje Sagrado es un viaje a
algún lugar que nos merece respeto y consideración por algo en especial.
También se puede considerar Sagrado un viaje hacia el interior de uno mismo. Si
bien es cierto que existen lugares “Sagrados”, lugares en los que la energía
por algún motivo es más fuerte, también es cierto que nuestro interior es
“Sagrado” y tener la oportunidad de contactar con nuestro interior es
importante. Solo tenemos que aprender a escucharnos a nosotros mismos, a
nuestros órganos y células y comunicarnos con ellos.
Sagrado significa: venerable,
augusto, algo digno de respeto (según el Diccionario de la Real Academia)
Los lugares sagrados, son
lugares en los que se ha dedicado culto o admiración por algo venerable.
Realizar un viaje sagrado es
realizar un viaje importante y digno de respeto para el que lo realiza. El solo
hecho de pensar en ello hace que nuestras células eleven su nivel vibratorio.
Si muchas personas sienten lo
mismo en ese lugar, el lugar va tomando cada vez más energía vibratoria de sacralidad,
todo se va impregnando de esta energía y va tomando cada vez más fuerza.
Podemos hacer viajes sagrados
sin salir de casa, como dice el Tao: “sin salir de casa podemos conocer el
mundo”. Nuestro lugar sagrado es nuestro interior y podemos viajar a el,
siempre que deseemos.
Si decidimos realizar un viaje
a algún punto del planeta considerado como sagrado, lo será por el solo hecho
de que nosotros lo consideremos así. Al transferirle la sacralidad al lugar, lo
elevamos vibratoriamente y nosotros también elevamos nuestra vibración con él.
Acudir a un lugar “sagrado” nos
transforma interior y exteriormente sí así es nuestra intención. La energía de
veneración que se halla en esos lugares especiales hace que cada una de nuestras
células se eleve a un nivel vibratorio que ni siquiera percibimos por los
sentidos. Si aprendemos a ver, escuchar y sentir el lugar desde el punto cero
–manteniendo una mente abierta y desestructurada- la información que recibimos
es mucho mayor. El hecho de “sentir” el lugar en cada una de nuestras células
hace que éstas se impregnen de la vibración especial del lugar, retomando
memorias que estaban apartadas de nuestra conciencia.
Respirar, sentir, contemplar el
lugar deriva en una profunda transformación interior.
Podemos sentir la sacralidad en
todo lo que nos rodea y el lugar se transformará en un lugar de bienestar y
vibración superior. Si además también consideramos sagrado a todo ser vivo, la
propia vida se convierte en sagrada y aprendemos a comunicarnos con aprecio y
respeto con todo aquello que entra en nuestras vidas.
La comunicación a este nivel es
muy profunda, es desde lo más profundo de nuestro ser hacia lo más profundo del
ser de la otra persona. Esta otra persona capta nuestra vibración y se
transforma automáticamente, dando ambas lo mejor de ellas mismas.
Sentir veneración y respeto por
todo lo existente, ya transforma la propia vida en Sagrada.
Susana Cano
AVALON del corazón
Avalon el país de las hadas
Solo el viajero, sin apenas
conocimiento, aunque con “Voluntad e Intención” puede llegar a Avalon.
Avalon nos abre sus puertas
cuando nuestro corazón es puro como el de un niño, manteniendo nuestra mente “abierta
y desestructurada” –partiendo de una tabla rasa, sin normas preconcebidas-.
A Avalon la percibimos sintiendo
con el corazón.
La apreciada energía del lugar
lo convierten en un retiro “mágico” en el que se respira la calma y la serenidad
de las sacerdotisas. La armonía y la conexión con la naturaleza, con los
elementales y con el Gran Espíritu que todo lo conecta y del que se desprende
todo.
Es en el silencio donde
encontramos nuestra plenitud. Yendo más allá de las palabras y del revoltillo
de la mente, entramos en la gran conexión con nosotros mismos. Cuando estamos
en Avalon, no son las palabras, sino el Silencio el que te transporta a otro
mundo, a otra dimensión.
No es lo que digo, sino lo que
no digo, aunque quizás lo que digo te lleve a lo que no digo, porque en lo que
no digo está toda la información que se siente a través de cada una de nuestras
células y que se transmite a través del vacío iluminador de la mente y así
descubrimos la “magia del silencio” o el “silencio de la magia”.
El viaje a Avalon es un viaje
de reencuentro con uno mismo. Un viaje de autotransformación personal y
equilibrio de nuestras energías internas.
Se activa el chakra del
corazón, alineándonos con el chakra del corazón de la Tierra.
La energía que desprende Avalon
va más allá de sus puertas y nos acompaña cuando volvemos a nuestro lugar de
origen. Esta energía sigue con nosotros dándonos nuevos impulsos y una visión
diferente de la que teníamos respecto a la realidad que nos envuelve.
Solo el hecho de poder
compartir o transmitir esta sensación ya es sorprendente, porque al hacerlo se
activa la emanación del lugar.
Ir más allá de la mente
cotidiana, centrarse en lo que ES hace neutralizar toda la energía de nuestro
alrededor, transmutándola y volviéndola en radiante luz de amistad y amor.
TOR: La Isla Sagrada
Tor, la Isla Sagrada en la que
las sacerdotisas reciben adiestramiento y autodisciplina. Aprenden a conectar
con los movimientos lunares, siguiendo y respetando su orden. Suben a Tor siguiendo el movimiento en espiral
del Universo. Ascendiendo en espiral, en el silencio integrador hasta llegar a
las puertas de Tor. Las puertas a otro espacio-tiempo.
CHALLICE WELL: El Cáliz
Donde renovamos los líquidos de
nuestro organismo transmitiéndoles la pureza y la vibración del lugar. En el
jardín del Challice se respira una sensación de paz y quietud interior, en la
que la renovación se manifiesta en todos los líquidos de nuestro cuerpo.
LA ABADÍA: Puertas
Atravesando puertas. Las
puertas de nuestro ADN se van abriendo a medida que estamos preparados.
Sintonizamos con nuestro ADN y nos
comunicamos con él. Él ya sabe lo que hay que hacer.
EL ESPINO SANTO: La
transmutación
Transmutación y cambio. En una
época en la que todo está cambiando, nosotros nos adaptamos al cambio con
flexibilidad y armonía, creando nuestro propio lugar de sanación y renovación
interior.
Nuestro Avalon del corazón nos
espera con esta energía que emana del corazón de Gaia.
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